En 1983 se editaba en Francia una nueva versión del clásico de Charles Perrault basado en el cuento popular de Caperucita Roja. Sus ilustraciones son, sin duda alguna, lo más interesante de esta edición.
La fotógrafa Sarah Moon (Francia, 1941) consigue hacer una nueva lectura de la historia con un trabajo con débitos importantes del film noir, el cine expresionista alemán y el pictorialismo fotográfico. Retomando aquellos aspectos sobre los que alertaba el cuento original, sus sugerentes y perturbadoras imágenes aparecen cargadas de una violencia y un erotismo que se harán evidentes para el lector adulto.
El uso del blanco y negro evoca, de alguna manera, aquellas primeras versiones de la obra ilustradas con grabados, pero contrastan enérgicamente con las versiones más actuales, en las que el color, el color rojo, acaba por impregnarlo todo.
La fotógrafa Sarah Moon (Francia, 1941) consigue hacer una nueva lectura de la historia con un trabajo con débitos importantes del film noir, el cine expresionista alemán y el pictorialismo fotográfico. Retomando aquellos aspectos sobre los que alertaba el cuento original, sus sugerentes y perturbadoras imágenes aparecen cargadas de una violencia y un erotismo que se harán evidentes para el lector adulto.
El uso del blanco y negro evoca, de alguna manera, aquellas primeras versiones de la obra ilustradas con grabados, pero contrastan enérgicamente con las versiones más actuales, en las que el color, el color rojo, acaba por impregnarlo todo.
